Fuente: www.humboldt.org.co
Según el Mapa de Ecosistemas del año 2007, generado por el Ministerio de Ambiente, el Ideam y el IGAC, Colombia cuenta con aproximadamente 3 millones de hectáreas de humedales, que representan el 2,6% de la superficie continental del país.
Estos ecosistemas prestan de manera gratuita una serie de servicios ambientales que son fundamentales para nuestra población y nuestra economía: en época de lluvias extremas como las que tuvimos hace un tiempo, estos ecosistemas controlan y previenen inundaciones mientras que en época de sequía, como la que estamos viviendo, funcionan como reservorios de agua y regulan la temperatura. Pero además producen oxígeno, absorben los gases efecto invernadero y juegan un rol importante en la retención de sedimentos y nutrientes. Es un patrimonio ambiental que cualquier país desearía tener pero que está en riesgo esencialmente por tres presiones: expansión urbana, ampliación de la frontera agropecuaria y contaminación provocada por la industria y la ciudadanía.
No podemos negar que las ciudades y las regiones son dinámicos. Así hay que reconocerlo. Pero el reto es cómo se pueden armonizar esas transformaciones para que los humedales continúen prestando servicios vitales para la gente y la agricultura.
En el Ministerio de Ambiente tenemos claro que los humedales requieren intervención para restaurar su biodiversidad y funcionamiento ecológico, y su conservación es necesaria como recurso vital en la construcción de mejores condiciones de vida para la población.
La Convención de Ramsar, de la que Colombia hace parte junto con 177 países, definió en 1971 el marco para la cooperación internacional y la ejecución de acciones por parte de cada Gobierno para garantizar la conservación y el uso racional de los humedales y su riqueza de fauna y flora. Nuestro país cuenta con 587 mil hectáreas designadas como humedales de importancia internacional Ramsar, correspondientes a 5 sitios: el Sistema Delta Estuarino del Río Magdalena, Ciénaga Grande de Santa Marta; la Laguna de La Cocha; el Delta del río San Juan y el Delta del río Baudó; el Complejo de Humedales Laguna del Otún y el Sistema Lacustre Chingaza.
En el Ministerio estamos avanzando en el proceso para declarar otras 392 mil hectáreas de humedales Ramsar, entre los cuales se encuentran el Complejo de Humedales Estrella Fluvial de Inírida, con un área de 253 mil hectáreas; el Complejo de Humedales del Alto Río Cauca, con un área de 9 mil hectáreas; asociados a la Laguna del Sonso; y la ampliación del sitio Ramsar Complejo de Humedales de la laguna del Otún en 130 mil hectáreas.
Este Gobierno ha visto además la necesidad de delimitar los humedales de manera a poder zonificar, ordenar y determinar el régimen de uso de estos ecosistemas. Hemos destinado inicialmente 32 mil millones de pesos al proceso de delimitación de ecosistemas de humedal en cuencas hidrográficas priorizadas afectadas por las inundaciones provocadas por el fenómeno de la Niña de 2010-2011 en las regiones Caribe y Andina. Con esto esperamos darle una herramienta eficaz al país de adaptación al cambio climático y con ello minimizar los impactos de futuras sequías o inundaciones en nuestra población.
Quisiera aprovechar que este 2 de febrero se celebra el Día Internacional de los Humedales para que reflexionemos sobre la importancia de los humedades y de la urgencia de darles un manejo sostenible. No se pueden ver solamente como áreas disponibles para el desarrollo urbano o agropecuario, sino que se deben cuidar como el hábitat natural y único de la incalculable biodiversidad que depende de ellos para vivir y de los bienes y servicios que prestan a la humanidad.