Fuente: Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá D. C., jun. 04 de 2012 – Agencia de Noticias UN- La próxima Cumbre de la Tierra (Río+20) es, oficialmente, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, y se llevará a cabo del 20 al 22 de junio en Río de Janeiro.
Este encuentro es un nuevo intento de Naciones Unidas por avanzar sobre el compromiso de los Estados y la Comunidad Mundial en los grandes cambios del siglo XXI, el cual tendrá lugar 20 años después de la primera cumbre histórica (en 1992) y 10 años después de Johannesburgo (en 2002). Los Estados, la sociedad civil y los ciudadanos están llamados a sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad.
Carlos Caicedo, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, expresó al programa UN Análisis* de UN Radio: “En la primera cumbre de este tipo se construyó el concepto de desarrollo sostenible, el tema del futuro de la Tierra y de la humanidad, y allí emergieron los países del tercer mundo, liderados por Brasil. Asimismo, se llamó la atención sobre cómo los países desarrollados habían depredado sus propios entornos. Por esto, surgió la necesidad de un acuerdo colectivo para garantizar la protección de esos recursos no renovables y el desarrollo de aquellos países que sufrían la pobreza absoluta”.
Hay tres temas básicos para la cumbre: el fortalecimiento de los compromisos políticos a favor del desarrollo sustentable; el balance de los avances y las dificultades vinculados a su implementación, y las respuestas a los desafíos emergentes de la sociedad. Además de dos cuestiones ligadas que constituyen el eje central de la reunión: una economía ecológica y la erradicación de la pobreza.
Al respecto, Gerardo Ardila, director del Instituto de Estudios Urbanos e investigador del Centro de Estudios Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, precisó: “En estos 20 años ha habido una cantidad de procesos complejos y no se pueden simplificar hacia uno u otro lado. Hay discusiones de carácter conceptual e inclusive paradigmático que tienen como consecuencias diferencias de criterio. Una de ellas es el concepto de sostenible, porque no ha quedado claro si se refiere a los negocios, la naturaleza, el empleo o a qué”.
Asimismo, el profesor Ardila, señaló otras discusiones como los mecanismos metodológicos y técnicos por medio de los cuales se miden las responsabilidades y obligaciones que tienen los diferentes países para disminuir las emisiones de gas de efecto invernadero.
En ese sentido, Colombia propuso nuevos objetivos que fueron insertados en el documento cero de negociación para la Cumbre. Alejandra Torres, directora de la Oficina de Relaciones Internacionales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, explicó: “Como ministerio recién creado, hemos fortalecido nuestra presencia previa y preparatoria hacia este evento de la mano con el Ministerio de Relaciones Exteriores. Hemos planteado focos de complementación de los Objetivos del Milenio como energía, océanos, ciudades sostenibles y seguridad alimentaria, entre otros, que esperamos sean acogidos por el mundo, no solo por naciones en vía de desarrollo”.
En la actualidad, el cumplimiento de los Objetivos del Milenio ha sido variable, incluso se ha presentado escepticismo frente la efectividad de los mismos porque tienen una visibilidad y unos temas comunes que expiran en 2015 y entrarán en revisión por las Naciones Unidas en el 2013.
Por su parte, Miguel Ángel Julio, jefe de la Oficina de Participación y Educación en las Localidades de la Secretaría de Ambiente, precisó: “Para el Distrito esto se convierte en una oportunidad para tratar de convertir una ciudad, que se ordena alrededor del agua y se adapta al cambio climático, en sintonía con lo que se discute a nivel internacional. Sin embargo, encontramos que no hay coherencia con algunas acciones que están generando impactos negativos donde convergen algunas autoridades ambientales; además, el tiempo preparatorio para esta cumbre no ha sido suficiente, incluso no existe participación ciudadana, por eso, estamos tratando de abrir espacios para el debate”.
Finalmente, Germán Poveda, profesor de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, indicó que “después de Río de 1992 se ha incrementado la cantidad de conocimiento sobre cómo funciona el sistema terrestre y el avance en la investigación científica ha sido excelente; así hemos aprendido que le estamos haciendo mucho daño al planeta. Sin embargo, estamos muy lejos en la toma de decisiones, voluntad política, cambios en términos económicos, y de valores, así como en la actitud del ser humano frente a la Tierra, que termina siendo un compromiso ético y moral”.
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