Fuente: Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.

Palmira, nov. 13 de 2012 – Agencia de Noticias UN- Dos investigadoras de la UN en Palmira afirman que la falta de apropiación de la educación ambiental en el país ha hecho que las políticas queden en el papel y los ecosistemas en el olvido.

Durante el Seminario de Educación Socioambiental, celebrado en la sede, científicos, docentes y estudiantes debatieron sobre la necesidad de esta educación para conservar los recursos naturales y cambiar la mentalidad que debemos tener.

Según la profesora Pilar Cogua, investigadora del grupo de Ecología y Contaminación Acuática de la UN en Palmira: “con respecto a la educación ambiental, más que dejar en claro qué hacer y cómo hacerla, hay que entender por qué es indispensable cuidar el ambiente y dejar de lado la idea de que, si los demás no lo hacen, nosotros no tenemos por qué hacerlo. En el momento en que cambiemos esa idea, comenzaremos a ver un cambio real en los ecosistemas».

En ese sentido, la investigadora señaló que hay una gran brecha entre la teoría y la práctica en educación ambiental, pues todas las estrategias que se aplican en educación formal e informal “están encaminadas a mejorar las prácticas y el uso adecuado de los recursos; pero no se trata solo de hacer campañas de divulgación, sino también de encontrar en las personas una motivación real que los lleve a actuar”.

Para Diana Marcela Gómez, magíster en Medioambiente y Desarrollo e investigadora de la UN en Manizales, la falta de esta educación es una problemática mundial. Y, aunque ha sido discutida en todas las cumbres mundiales, siempre se mira a la naturaleza como un recurso económico que hay que explotar.

“Los Gobiernos dicen que la educación ambiental tiene que estar enfocada en el desarrollo sostenible, que está de lado del crecimiento económico, y que, para que haya crecimiento, se necesita explotar la naturaleza. En ese sentido, lo que crea el problema es la solución, es una contradicción que va en contra de los recursos”, asegura.

Por esto, como alternativa al desarrollo sostenible, se plantea esta educación como un aditivo al currículo académico, pero no la transformación de este. Un aspecto que, según Gómez, ha puesto el medioambiente en un discurso marginal para favorecer intereses económicos y políticos.

“Hay una política ambiental en Colombia que dice que el que contamina paga. Y, aunque muchas empresas que contaminan han pagado por el daño, esos ecosistemas no se han restaurado y muchos especialistas dicen que es imposible que lo hagan. Las empresas han empleado la educación ambiental para crear estrategias para atraer  clientes, captar proveedores e incluso para ser eximidos de impuestos a nivel nacional”, afirma la magíster.

En el curso de la profesora Pilar Cogua, denominado Estrategias Educativas Ambientales, los estudiantes de la UN en Palmira han usado diferentes estrategias para crear conciencia ambiental a través de actividades lúdicas y recreativas.

“Estamos llevando un mensaje a la comunidad universitaria por medio de la experimentación, para crear conciencia real. Queremos dejar un mural en el que la gente pueda escribir qué les gustaría aportar para el cuidado del medioambiente, así como las soluciones”, concluye la profesora Cogua.

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