A partir del siglo XIX con el aumento de la población se hizo necesario aumentar la producción de alimentos por lo cual, apoyados en la “revolución verde”, agricultura de tipo industrial, los gobiernos incorporaron los transgénicos con el fin de erradicar el hambre principalmente delos países“en desarrollo”, cambiando la forma tradicional de cultivar la tierra con productos autóctonos por variedades de alto rendimiento y mayor eficacia que prometían disminuir el impacto ambiental produciendo más  en menos espacio y con la promesa de disminuir el uso de agroquímicos para salvar cultivos afectados por el clima o las plagas, pero, si es así ¿por qué preocupan tanto los transgénicos?

Para empezar debemos aclarar que no todos los OMG (Organismos modificadosgenéticamente) son transgénicos, aunque todos los transgénicos sí son OMG.Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los transgénicos son los organismos genéticamente modificados a los que se les han añadido genes de otra especie y los OGM son organismos a los que simplemente seles dota de una característica de la que antes carecían, mediante técnicas de biotecnología,es decir, son OGM a secas y no transgénicos. Así pues, han sido modificados genéticamente no solo los  alimentos, también los virus y bacterias siendo esta una de las principales razones por las que no se prohíbe el uso de OGM en general pues esta tecnología también ha permitido lograr avances en materia de salud y bienestar.

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El problema con los cultivos transgénicos a nivel mundial surge por la existencia de vacíos referentes a su inocuidad, pues aunque algunas pruebas científicas examinadas por el Consejo Internacional de la Ciencia (CIUC) e incluso opiniones por parte de la Organización Mundial de la salud (OMS) califican como apropiados los alimentos hechos a base de cultivos genéticamente modificados  como el maíz y la soja, la falta total de certeza y la incertidumbre científica que han venido generando este tipo de cultivos principalmente por causar alergias en humanos, efectos dañinos en el material genético de animales alimentados con transgénicos, y posible contaminación genética de otras especies tradicionales de fauna y flora, deriva en una vulneración al principio de precaución considerado como de Derecho internacionalconsuetudinario y reconocido en la declaración de Río 1992 según el cual se exige la adopción de medidas, de acción y abstención, necesarias para eliminar los peligros de un daño grave e irreversible, incluso a falta de certeza científica que demuestre el daño. Sin embargo, también existe el derecho de la población a decidir que tipo de alimentos quiere consumir, razón por la cualson los gobiernos quienes deben establecer directrices para el etiquetado obligatorio de este tipo de productos.Sabemos que no debería existir ni siquiera el riesgo de su producción pero no podemos desconocer tampoco la influencia económica de las productoras multinacionales en los mercados del mundo  y la necesidad de alimentar a una población que para el año 2050 según la FAO se estima llegará a los nueve mil millones de habitantes.

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Ahora bien, los cultivos transgénicos como resultado de un modelo de producción a gran escala respaldado por multinacionales,están llevando al desplazamiento de los pequeños productores campesinos y a su vez de la economía nacional, generando mayores problemas sociales con la migración del campesinado a las ciudades debido al monopolio de los cultivos y a los altos costos que genera implementar este tipo de agriculturaya que tienen que ser tratados con agroquímicos de altos costos.Tenemos que preguntarnos entonces si finalmente no se trata del “pez que se muerde la cola” pues si lo que se quiere en ultimo termino es evitar el hambre y la perdida de tierras forestales con una producción en masa supuestamente controlada, los resultadosparecen estar evidenciando otra cosa.

 ¿Estamos siendo conscientessobre la manera en la que comemos? Sabemos que el hambre es un tema prioritario, pero nos estamos cuestionando ¿con que se está calmando el hambre y a qué costo lo estamos y lo van a pagar las próximas generaciones? (si es que logramos continuar), deberíamos empezar por tomarnos un momento al momento de elegir (quienes tienen la posibilidad de hacerlo, que son pocos pero no por eso no pueden hacer mucho) si queremos tener en nuestro plato verduras perfectas, tomates insípidos todo el año o maíz “súper poderoso”, no se trata de privarnos en la alimentación, se trata un poco mas de cambiar los hábitos de consumo, inclinarnos en la medida de lo posible por la producción Nacional y de temporada que no solo será mas económica sino también más saludable evitando además que se genere más pobreza apoyando a quienes se ven más afectados con este tipo de producción, ¿por qué si otros países no permiten el uso de semillas de origen transgénico debemos ser los países en desarrollo quienes permitamos la implementación de estos cultivos? El campo es punto base del desarrollo económico y Colombia posee gran cantidad de suelos fértiles además de una posición geográfica privilegiada que nos permite obtener todo tipo de alimentosque pueden garantizarnos seguridad alimentaria producto de un buen programa de gobierno y agricultura controlada.  Somos nosotros los que consumimos por ende somos nosotros mismos quienes tenemos el poder de decidir de que lado de la balanza alimentaria estamos.

Por Astrid Milena Bernal, Abogada candidata a Magister Derecho Ambiental UCM.


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