Fuente: Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.

Palmira, abr. 27 de 2012 – Agencia de Noticias UN- Un grupo de expertos en el tema coinciden en que al país le hace falta integrar la prevención de riesgos en sus planes de desarrollo y ejecutar actividades ambientales permanentes.

Durante el Primer Seminario de Ambiente y Gestión del Riesgo de Desastres, desarrollado en la UN en Palmira, expertos en el tema afirmaron que, aunque la gestión de riesgos sea elemental en la prevención de los desastres, los actuales planes de desarrollo no lo tienen muy en cuenta.

Según el ingeniero civil Henry Adolfo Peralta, del Observatorio Sismológico del Suroccidente (OSSO), la gestión de riesgos es un proceso social complejo que involucra la planificación de las medidas y acciones necesarias para reducir, controlar y prever los riesgos que se pueden correr.

“Cuando hablamos de gestión de riesgos, decimos que no es una disciplina ni una moda: es una estrategia para el desarrollo. Desafortunadamente, como venimos de una cultura de atender el desastre, pensamos que riesgo y desarrollo no dialogan. Pero hay que tener en cuenta que están relacionados: el desarrollo puede generar riesgos”, afirma el ingeniero.

Durante los últimos treinta años, el país ha pasado del enfoque de atención de desastres al de gestión del riesgo. Sin embargo, el ingeniero civil señala que “hace falta mucho trabajo educativo y de concienciación de la comunidad, de la academia y de los líderes políticos, para entender este tema de manera diferente”.

En ese sentido, Cesar Augusto Martínez Chaparro, consultor en temas de riesgo, cambio climático y educación ambiental, dice que la educación ambiental es la herramienta de prevención por excelencia.

“Si nosotros tenemos procesos serios de sensibilización ante el riesgo y de promoción de cultura de la prevención, tenemos un 60% hecho. Hay fenómenos que no podemos evitar, pero podemos estar preparados para asimilar los impactos y para recuperarnos rápidamente. Es ahí donde el papel de la educación ambiental se vuelve fundamental en cualquier plan de desarrollo”, afirma.

De igual forma, el experto asegura que, aunque Colombia ha avanzado significativamente, la implementación de estos instrumentos no se ha dado de la mejor manera.

“Somos de los pocos países que tienen una política pública de educación ambiental. Sin embargo, el documento se ha constituido simplemente en un requisito más que tienen que presentar las corporaciones e instituciones educativas, de modo que se queda en un mero trámite”, sostiene el experto.

El profesor Carlos Escobar Chalarcá, ingeniero agrícola de la UN en Palmira, también señala que hace falta mucho esfuerzo en políticas ambientales y que los planes deben enfocarse en la gente.

“Los planes de ordenamiento territorial y las estrategias ambientales deben enfocarse en el ser humano y no en la infraestructura y las máquinas. Por eso, hemos tenido tantos tropiezos en este campo”, dice el investigador.

El funcionario del OSSO concluye que es necesario cambiar las prácticas mediante las cuales construimos el desarrollo: “Hay que intervenir la vulnerabilidad social, económica y política. No es la naturaleza la que causa los desastres. Vivimos en un territorio de amenaza sísmica y este hecho nos obliga a prevenir riesgos en infraestructura y en la vulnerabilidad de la población, asociados a la ausencia de planificación de desarrollo”.

 

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