Fuente: Agencia de noticias UN.
Bogotá D. C., jul. 15 de 2013 – Agencia de Noticias UN- Cuatro de estos reptiles serán liberados y monitoreados con transmisores satelitales en el Meta para conocer su hábitat y su desplazamiento y, así, establecer parámetros de liberación masiva.
En Colombia existen dos de las doce especies de cocodrilos del mundo: el “caimán aguja”, en el Magdalena, y el “caimán llanero” o cocodrilo del Orinoco.
Este último alcanza un tamaño de siete metros de longitud y es la única especie cuya distribución está contenida en una sola cuenca hidrográfica.
Pese a que originariamente habitaba en toda la zona de la Orinoquia, ha estado en peligro por la caza indiscriminada de la que fue objeto en las décadas de 1930 a 1950.
“Hoy en día nos quedan solamente dos relictos poblacionales de estos animales en estado silvestre en Arauca (confluencia de los ríos Ele, Lipa y Cravo) y en el Meta (en los ríos Guayabero, Duda y parte del Losada)”, advierte el ingeniero ambiental Willington Martínez, funcionario de la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la UN.
Con el propósito de trabajar en la conservación de esta especie, la Estación viene desarrollando, junto con Cormacarena y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), un proyecto de elaboración de protocolos para reintroducir especímenes a la vida silvestre.
Se planea liberar y monitorear a cuatro cocodrilos del Orinoco —que hoy están en la Estación— con transmisores satelitales en el departamento del Meta, en el sector de los ríos Duda y Guayabero, cerca de La Macarena.
El proyecto de liberación de cocodrilos
Los expertos han elegido a especímenes prejuveniles que mantienen su instinto de caza, están aislados del público, adquieren alimento vivo y mantienen su dinámica. A ellos les han practicado exámenes previos, análisis sanguíneos y revisiones físicas para establecer su estado de salud.
Según el ingeniero Martínez, los transmisores serán implantados previamente sobre las escamas cervicales de los animales, al final de la cabeza, en la nuca, en donde les harán perforaciones y ajustes con un alambre quirúrgico o metálico. El procedimiento no les ocasionará ningún daño.
El transmisor quedará externo, como cápsula con antenas, y cada vez que uno saque la cabeza del agua, enviará el dato a un satélite. Este podrá ser descargado de una página web (a la que podrá acceder cualquier usuario) e incluso será enviado a los teléfonos móviles de los expertos.
La iniciativa espera validar el protocolo nacional de reintroducción de cocodrilos a la vida silvestre, evaluar los patrones de desplazamiento de los individuos y elaborar estrategias tanto de conservación como de comunicación a la comunidad.
Se trata, según resalta Martínez, del primer proyecto del país en el que se libera cocodrilos con transmisores satelitales. Los investigadores esperan, al final, obtener una serie de datos que les permitan determinar patrones de hábitat, desplazamiento y uso del río, así como sobre comunidades humanas cercanas.
“Si funciona, podremos tomar decisiones para conservarlos y pensar en hacer liberaciones masivas, porque ya tenemos todos los pasos adecuados para hacerlo”, concluye.
La liberación está planeada para finales de agosto, aunque depende del aval del MADS de los protocolos.
La presentación del proyecto hizo parte de la programación académica del día 15 de julio de la UN en Agroexpo.