Fuente: Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.
Medellín, ago. 17 de 2012 – Agencia de Noticias UN- Sostenibilidad significa preservar los recursos para las futuras generaciones. Por eso, el investigador Pliny Fisk explica que es necesario establecer una metodología para no dejarla en palabras.
El desarrollo sostenible es un amplio concepto que se incluye en muchas disciplinas (como la sociología, la minería, las ingenierías, la ecología), pero es desde la arquitectura donde este investigador estadounidense, cofundador y codirector del Centro para Sistemas Constructivos con Máximo Potencial, lo plantea para mejorar los hábitos de vida del mundo, empezando desde el hogar y ascendiendo hasta lograr el objetivo.
Así, la metodología propuesta por el profesor Fisk implica preservar el ambiente y especificar que no debe ser usado por humanos. Pero simultáneamente supone detectar las muchas oportunidades en las que los recursos sí puedan y deban ser utilizados, además de considerar cuáles aspectos representan amenazas.
“Hay que balancear los recursos de manera que se considere el ciclo de vida de todos los materiales. Y la forma más sencilla de examinar este balance es a través de las cinco áreas básicas de apoyo: aire, agua, comida, energía y materiales”, explica.
Lo que se hace en el Centro es mirar la huella que deja cada individuo sobre el ambiente al ejecutar sus actividades cotidianas. Así, se comienzan a balancear cada una de estas acciones, según el impacto negativo que tienen sobre el ecosistema en cada una de esas áreas básicas.
Si se quiere equilibrar el recurso aire se debe entender que, cuando se inhala y exhala, se produce dióxido de carbono. Entonces, esta contaminación tiene que balancearse con un área de vegetación que pueda compensar esa necesidad. La inhalación requiere 500 m2 de un muy buen suelo rico en vegetación y bosque. La exhalación demanda 750 m2, y esto por cada persona que habita el globo.
“La misma clase de relaciones se pueden hacer para equilibrar el agua, la fuente de la comida, la cantidad de orgánicos que hay que tratar, etcétera. Nosotros llamamos a estos ciclos técnicas ecológicas; lo que estamos haciendo es administrar la naturaleza”, dice el profesor Fisk.
Un estadounidense necesita 25 cuadras de tierra para poder balancear todos estos cinco aspectos. Si se quisiera manejar toda la huella que deja la actividad humana en Estados Unidos se necesitarían 2 o 3 veces el área del país.
Se hacen necesarias unas construcciones más sostenibles que aprovechen materiales renovables. Además, el investigador afirma que hay muchas maneras de reducir la huella; por ejemplo, no incrementar la necesidad de energía y mantener el nivel energético así aumente la población. Esto se lograría a través de incentivos.
Pliny Fisk vino a la UN a propósito del Taller de Desarrollo Sostenible y Materiales Alternativos organizado por la Facultad de Minas de la UN en Medellín.