Por: Valentina Camacho Montealegre
Con 14 votos a favor, la plenaria del Concejo de Ibagué aprobó el Proyecto de Acuerdo.
Se trata del Acuerdo número 012 “Por medio del cual se dictan medidas para la preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural del municipio de Ibagué y se dictan otras disposiciones”.
En el documento quedan expresamente prohibidas las actividades mineras de metales y la gran y mediana minería de los demás minerales en Ibagué. Sin embargo, en el parágrafo dos del artículo primero quedan excluidas de la disposición las actividades mineras de subsistencia.
“Pueden continuar las personas que extraen arena, balastro, piedra, inclusive los mineros artesanales de oro; desde que no usen mercurio, no tenemos ningún inconveniente”, precisó Guillermo Alfonso Jaramillo, Alcalde de Ibagué.
Y agregó: “Lo que estamos prohibiendo es la mega minería a cielo abierto que utiliza cianuro y otros mecanismos que destruyen fundamentalmente las cuencas hídricas y grandes extensiones de terreno, lo cual genera graves problemas como las que han sufrido en muchos países de Suramérica”.
Renzo García, vocero del Comité Ambiental en Defensa de la Vida, manifestó que con la aprobación del acuerdo se está más cerca de la justicia ambiental y el reto de buscar las alternativas al desarrollo se hace más grande.
“Debemos aprovechar el potencial eco-turístico, natural, paisajístico y biodiverso que tiene nuestro territorio. Invitamos a todos los sectores sociales, políticos, económicos y gremiales a trabajar por una causa común y hacer de Ibagué una ciudad sostenible, donde se tenga en cuenta el derecho colectivo a un ambiente sano”, dijo García.
Ibagué se suma a la lista de municipios que han utilizado la modalidad de acuerdo municipal para prohibir actividades extractivas en sus territorios, pero con una particularidad: Ibagué es la primera ciudad capital de Colombia en hacerlo.
El primer acuerdo fue aprobado en Pitalito, luego lo realizaron los municipios de El Agrado, Timaná, Oporapa, Tarqui, Elías y San Agustín en Huila, posteriormente fueron Támesis y Jericó en Antioquia.
El movimiento ambiental a nivel nacional está haciendo historia, elevando la dignidad y la esperanza del pueblo colombiano que ha sido golpeado por muchos fenómenos como la corrupción, la pobreza, el desempleo y que hoy lucha contra la locomotora minero energética del gobierno, esto para hacer de Colombia un país en donde prevalece la vida y los intereses colectivos por encima del interés particular de las multinacionales extractivistas.
Foto: Orlan David Vargas.