Fuente: Agencia de noticias UN.
Bogotá D. C., ago. 20 de 2013 – Agencia de Noticias UN- La intervención de 29 hectáreas (ha) del Parque Metropolitano Simón Bolívar, por cuenta de la renovación del CAN, pone en riesgo la estructura ecológica, el patrimonio ambiental y cultural, y el derecho de los ciudadanos a un ambiente sano y un espacio público verde.
Carlos Torres, urbanista y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, asegura que a los ciudadanos del Distrito les han vendido la idea de que la ciudad ha crecido en términos de espacio público y espacio verde, cuando eso no es cierto.
“Hemos crecido en términos de espacio público contabilizado en metros cuadrados de cemento, de andén, pero no en zonas verdes, y por eso es absurdo que una de las pocas áreas de espacio verde agrupadas en el Simón Bolívar deba transformase, de la noche a la mañana, en un proyecto de urbanización vinculado a intereses eminentemente económicos”.
Por ello, se hace necesario cumplir con el Plan Maestro del Parque Simón Bolívar que establece las funciones clave del predio en la producción de oxígeno y la conservación de la biodiversidad de Bogotá, y que a la fecha no ha sido respetado por los Gobiernos nacional y distrital.
El proyecto contempla la construcción de edificios en el área comprendida entre las calles 53 y 26 por la carrera 60, entre el barrio La Esmeralda y el barrio Salitre El Greco, afectando el área verde mencionada.
Martha Triana, edilesa de la localidad de Teusaquillo y presidenta del Consejo Territorial de Planeación del Distrito, afirma: “De realizarse el proyecto de la Empresa Virgilio Barco (EVB), además de arruinar las 29 hectáreas que hacen parte del Plan Maestro del Parque Simón Bolívar, perjudicando a la ciudadanía, se estarían violando ciertos procedimientos de carácter legal”.
Según la funcionaria, se trata de asuntos relacionados con la propuesta de cambio de uso de suelos del sector, que fue presentada ante el Concejo Municipal después de que el Consejo Territorial de Planeación del Distrito Capital rindiera el segundo concepto sobre el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). “No tomó en cuenta ni consultó el querer ni el sentir de la ciudadanía, y mucho menos cumplió con los requisitos de carácter legal para dicha intervención”.
Y califica como supremamente delicado el hecho de que la Administración no se haya percatado de la obligación que tiene frente a estos terrenos. “La ciudad tiene una deficiencia en temas de espacio público, no cumple con el estándar internacional proyectado y la renovación hará que se deteriore el ambiente en la ciudad”.
Al respecto, el concejal Jairo Cardozo manifiesta: “Consideramos que el Gobierno nacional está excediendo las facultades que el Plan Nacional de Desarrollo le dio para la renovación del CAN”.
Dicho plan estableció una renovación en el área actual del CAN donde funcionan edificios de la Administración Nacional, pero el Gobierno fue más allá. Según Cardozo, “le incorporó otros terrenos como las 29 hectáreas que pertenecen a la estructura ecológica principal, además, le adicionaron los barrios La Esmeralda, Salitre El Greco y unos predios del campus de la Universidad Nacional de Colombia”.
Bogotá “perderá un pulmón verde por negligencia; y por beneficiar intereses privados, la ciudad pierde en temas ambientales, pierde mucho en posibilidades de recreación, pierde muchísimo en espacio público”.
Además, Triana afirma que se desdibujará uno de los propósitos del POT: “El mejoramiento en la calidad de vida de los ciudadanos”.
Con relación a uno de los objetivos del proyecto de renovación que plantea la creación de una zona de usos mixtos, la edilesa expresó: “No creo que la calidad de vida de los ciudadanos mejore cambiando el uso de suelo para darle paso a una construcción de esta clase, mucho menos por darle un uso diferente al que tiene este espacio, un suelo de protección que hace parte de la estructura ecológica de la ciudad”.
Por su parte, el concejal Cardozo sostiene: “No compartimos esta renovación; si bien es cierto, el CAN requiere una renovación, pero como no tenemos los recursos, le vamos a entregar algunos terrenos a la empresa privada para que ellos creen sus desarrollos urbanísticos; es perverso negociar nuestras áreas de reserva ecológica por un interés que no es colectivo”.
Y señala que “el Estado dice y el Distrito se presta al juego de negociar con los constructores: nosotros entregamos esto para que ustedes lo construyan y ustedes a cambio nos entregan unos edificios modernos; y se quedan con la bolsa de dinero de los hoteles, restaurantes, locales comerciales y negocio inmobiliario en el que van a convertir una zona de interés patrimonial y ambiental”.
Hospital Universitario vs Renovación CAN
Los terrenos de la U. N., en los que se adelanta la construcción del Hospital Universitario también están en riesgo de intervención por el proyecto CAN.
Ante esta realidad, Triana declara: “Tocar los predios de la Universidad Nacional es causarle una gran lesión al país; se está ocasionando un severo daño al patrimonio educativo y de salud colombianos”.
Cardozo fue contundente: “La Universidad Nacional va a ser cercenada junto con la diversidad ecológica del Simón Bolívar”.
El Hospital contará con ocho centros de excelencia: cardiología y cirugía cardiovascular, ortopedia de alta complejidad, neumología, neurología, oncohematología para adultos, medicinas alternativas, renal y nefrología, y enfermedades degenerativas.
Se trata de servicios que la comunidad requiere y a los que tiene derecho. Asimismo, los estudiantes del área de la salud de la Institución necesitan de un espacio formativo en la academia y en la práctica.
Por lo que el rector de la U. N., profesor Ignacio Mantilla Prada, ha sido enfático al afirmar: “No vamos a abandonar el Hospital Universitario por la renovación del CAN”.
De hecho, en los terrenos en los que se construirá el Hospital Universitario y que se conocen como el Campus Santa Rosa, se inauguró un edificio, el 933, donde funciona el Centro de Atención de Salud Estudiantil (CASE)”.
“Este espacio es una prueba más de que en ningún momento estamos cediendo o vendiendo los terrenos para un proyecto diferente al del Hospital Universitario”, expresa el Rector.
Esta Área de Salud atenderá a cerca de 50 mil pacientes entre estudiantes, profesores y administrativos, y se extiende a los estudiantes del Jardín Infantil de la U. N. y del Instituto Pedagógico Arturo Ramírez Montúfar (IPARM).
Desde el pasado 12 de agosto ya se brinda atención integral para el bienestar de la comunidad universitaria. Se cuenta con los servicios de medicina general, pediatría, fisioterapia, prevención de alteraciones de la alimentación y la nutrición, salud oral preventiva, orientación y apoyo emocional, salud sexual y reproductiva, prevención de riesgos en la práctica estudiantil, salud visual y prevención del consumo de psicoactivos, entre otros.