Fuente: Notiagen.

Foro  en defensa del agua, la vida y la pervivencia en el territorio el 14 de abril. Se reunieron 600 personas de varias veredas del municipio de Cabrera, uno de los 10 que forman la provincia de Sumapaz, en el departamento de Cundinamarca, para debatir acerca de los impactos que generaría la construcción de 14 microcentrales hidroeléctricas en el páramo de Sumapaz, y que estaría a cargo de la empresa Emgesa, de capital mixto (privado, de la empresa multinacional Endesa, de capital español e italiano Endesa, y público, de la Empresa de Energía de Bogotá). Es una alerta que también va para toda la provincia de Sumapaz, para tres departamentos y para el Distrito Capital.

Instalacion del Foro en defensa del agua, la vida y la pervivencia en el territorio

Cuando se oye decir Sumapaz, se sabe que es un lugar del centro de Colombia. Pero ese nombre  lo llevan una provincia, un páramo y un parque nacional natural (en el año de 1968, el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, hoy inexistente, reservó como Parque Nacional Natural el área del páramo del Sumapaz). Además, Bogotá, por su vecindad con esta provincia, tiene también una localidad llamada Sumapaz.   El páramo tiene influencia en la provincia, en otros departamentos y en el distrito Capital (véase última parte del artículo).

El páramo de Sumapaz se conoce como parte del complejo de páramos Cruz Verde – Sumapaz, que tiene influencia sobre tres departamentos de Colombia, específicamente sobre 25 municipios. También se conoce como Parque nacional natural Sumapaz  y se localiza así con respecto al país y a los departamentos de  Cundinamarca, Huila y Meta:

Ubicación del complejo de páramos Sumapaz-Cruz Verde o Parque Nacional Natural Sumapaz

Ubicación del complejo de páramos Sumapaz-Cruz Verde o Parque Nacional Natural Sumapaz -Fuente: Atlas de Páramos

El complejo de páramos se destaca por verter aguas hacia los dos costados de la cordillera: hacia la Orinoquia, por el oriente, y hacia la cuenca del río Magdalena, por el occidente. El Atlas de Páramos resalta que “las principales actividades productivas realizadas en el complejo de páramos de Sumapaz son la agricultura, la ganadería (…) y los principales productos agrícolas son papa,  arveja y haba, seguidos de otros productos de subsistencia como cebolla, papa criolla, cubios, maíz y algunas frutas”.

El espíritu del foro

Así puede sintetizarse el espíritu del foro convocado por varias organizaciones de Cabrera, en conjunto con otras de carácter municipal y nacional: poder disfrutar del agua y cuidar las fuentes, poder mantenerse en el territorio, poder mantener la vocación agrícola de la región y garantizar alimentos para la población, respetar el carácter de las zonas de reservas campesinas: derechos inobjetables y elementales pero difíciles de garantizar en Colombia ante las propuestas del desarrollo que se plasman en la construcción de represas.

Convocantes al foro

Asociación Comunal de Juntas – Cabrera, Asociación Comunal de Juntas – Sumapaz, Corporación para el Desarrollo Humano Sostenible Rural El Roble, Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, Jóvenes en Defensa del Río Sumapaz, Marcha Patriótica por la Segunda Independencia, Sindicato de Pequeños Agricultores de Cundinamarca, Seccional Cabrera, Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz.

Entidades que apoyaron el foro

Departamentales:

Concejo Municipal de Cabrera, Personería Municipal de Cabrera, Personería Municipal de Venecia.

Distritales

Alcaldía Local de Sumapaz y el Instituto Distrito de Participación y Acción Comunal.

Otras

Agencia de Prensa Rural.

Una de las organizaciones participantes, además de las que convocaron, fue el Movimiento Ríos Vivos,  que ha acompañado a las comunidades en su resistencia a otras construcciones de represas como la de El Quimbo, en el sur del departamento de Huila; la de Hidrosogamoso, en el departamento de Santander, e Hidroituango, en el departamento de Antioquia. Juan Pablo Soler, quien habló en el foro sobre esas y otras experiencias en defensa del agua y de la vida, entregó a Colombia Informa su impresión de este foro.

Intervención de Asoquimbo, afectados por la represa.

El integrante del Movimiento Ríos Vivos comentó de qué manera se llegó a este evento:

«Varias personas del municipio de Cabrera, inquietas por las visitas de la empresa Emgesa y de Ingetec al páramo de Sumapaz, que intervienen en la construcción de proyectos de represas como El Quimbo, en el Huila, participaron en el encuentro del Movimiento Ríos Vivos en la ciudad de Medellín el pasado 12 y 13 de marzo para informar la intención de esas empresas de levantar 14 microcentrales hidroeléctricas en su territorio. Su inquietud responde al hecho de que han sabido de los impactos de ese tipo de obras y decidieron conversar con comunidades ya afectadas por las hidroeléctricas. En Medellín, iniciaron conversaciones y decidieron hacer un foro regional por la defensa del agua y del territorio y a su regreso convocaron otras organizaciones de la localidad y de la región y con algunos apoyos sacaron adelante el evento, al que asistieron unas 600 personas de todas las veredas de Cabrera, que serían afectadas por el proyecto hidroeléctrico.»

Las inquietudes

Ingetec, comenta Juan Pablo Soler, es una empresa contratista especializada en el país, que se encarga de hacer estudios de impacto ambiental de megaproyectos en el país y se ha especializado en el tema de las hidroeléctricas, aunque también aborda otros proyectos. Para Emgesa, el negocio principal de generación de energía eléctrica son las hidroeléctricas. Añade que «la gente ha escuchado desde 1993 la intención de generar energía eléctrica en Sumapaz, pero sólo hasta 2002 – 2003 empezaron a ver a empresas en el territorio. En los últimos dos años han visto técnicos de Ingetec para hacer los estudios de prefactibilidad, que implican hacer un censo de fauna, flora, hacer una línea base de lo que existe, animales y plantas, para ver que se podría afectar o qué medidas se tomarían». Y añade que la empresa ha contratado incluso gente de la zona para hacer los censos de fauna y flora.

El principal argumento que manejan las comunidades para oponerse, según Ríos Vivos, es que están bajo la amenaza de que les ocurra lo mismo que ya ocurrió en otros lugares: «en Colombia tenemos cinco décadas de experiencias de construcción de represas de todo tipo, desde pequeñas hasta grandes. Entonces cuando los pobladores del páramo ven que hay técnicos haciendo estudios en la zona, se preguntan qué impactos podría tener ese tipo de proyectos y por eso, quienes organizaron el foro llevaron exponentes de las experiencias de otros lugares y se hizo conciencia de que el páramo de Sumapaz no es la excepción en el tema de las represas».

Otra de las alertas, advierte Juan Pablo Soler consiste en recordar las presiones que se generan para que los campesinos vendan sus tierras. En el foro, uno de los integrantes del Comité de jóvenes convocante mencionó que políticos y personas influyentes, cuando ven que se acerca un proyecto hidroeléctrico, empiezan a comprar tierras alrededor, porque las tierras se valorizan o porque pueden tener una negociación favorable con la empresa. «Eso incrementa el costo de la tierra y también el costo de la vida, porque cuando una persona ajena a la región compra una tierra, generalmente no la compra para producir lo que estaba dando, sino para tenerla ociosa y poderla vender más adelante. Eso implica entonces que la gente deje de cultivar alimentos y si disminuye la oferta, los precios se incrementarán, igual que el desempleo.»  Y agregó que esa presión por la compra de predios ya está sucediendo.

Colombia Informa preguntó a Juan Pablo soler si el foro ayudó a identificar algún patrón de comportamiento de las empresas que construyen hidroeléctricas, con respecto a la relación con la población y el territorio, a lo que respondió:

«En el foro se hizo evidente una característica del actuar de las empresas que construyen las represas: dejan sin información a la comunidad que se afectará o con una información confusa sobre el proyecto. Sus pasos son: llegan a la comunidad, hablan del proyecto, pero la gente queda sin saber qué características tiene el proyecto y quién va a utilizar esa energía; luego, se hacen falsas promesas,   como la de que va a tener energía barata,  más empleo, va a llegar gente de afuera y eso significa desarrollo. En síntesis: las empresas llegan, no dan información clara, emplean alguna gente de la zona en el proyecto hidroeléctrico y así sale el proyecto adelante. Por lo general, las utilidades de estos proyectos se privatizan, mientras que los impactos y externalidades se socializan entre la comunidades que viven en el área de impacto.».

En el foro quienes asistieron asistieron, analizaron las declaraciones del Ministerio y las que entregó Emgesa en respuesta a un derecho de petición y encontraron que no hay coincidencia. «Uno habla de que se van a construir 11 pequeñas centrales y el otro habla de 14.  Uno dice que van a construir un muro de 126 metros para un reservorio y el otro no dice de qué altura será.  Y que con ese muro se inundarán 86 hectáreas, pero lo que se conoce es que las represas, con alturas similares, inundan mucha más extensión. La represa de El Quimbo tiene 155 metros de altura e inunda 8.250 hectáreas. En tierras más bajas, un muro de 100 metros de altura inunda 4 mil hectáreas. En el caso de Hidroituango, donde la geografía cuenta con altas pendientes, el muro de 240 metros de altura inunda 3.800 kilómetros cuadrados. Entonces valdría la pena tener una información más clara y precisa de la empresa y del Ministerio, que es el ente que está licenciando este proyecto».

Juan Pablo Soler se refiere al expediente que existe sobre el proyecto de las 14 microcentrales en Sumapaz para decir que hay un vacío: «el Ministerio dice que no se necesita un diagnóstico ambiental de alternativas porque este proyecto consiste en varias obras de pequeña envergadura, que no generan los impactos de las grandes hidroeléctricas que, por lo general, son irreversibles. Pero en realidad, no se conoce el impacto de una pequeña central hidroeléctrica; además, resulta imposible generalizar y decir que esas pequeñas centrales no causan impactos considerables, más aún cuando se están construyendo en una zona de páramo. Es necesario tener en cuenta, no sólo el proyecto sino también las obras que requiere el proyecto».

Vocación agrícola y pecuaria de la región

En el foro del 14 de abril en Cabrera intervinieron representantes de las autoridades municipales y habitantes de la región, que señalaron aspectos decisivos y tomaron decisiones para el camino a seguir. De una parte, el comité de jóvenes que impulsó el foro informó a todos los asistentes las distintas versiones y datos entregados por la comunidad con respecto a los proyectos hidroeléctricos, sus principales preocupaciones y su interés por continuar con la defensa de su territorio. Un profesor de la Universidad de Cundinamarca presentó un balance de la riqueza del páramo para sustentar por qué ni carretera ni represa deben existir en el páramo.  Con todos los informes entregados, se alertó a la delegada de la Procuraduría ambiental, que se mostró interesada en seguir atenta.

De parte del municipio, a la vez que la Personería respaldó la actividad, la Alcaldía dio a conocer su enfoque del problema: dijo que ella cumple los mandatos del pueblo y que si el pueblo no quiere la hidroeléctrica, hay que respetar ese mandato; también resaltó que la vocación  del pueblo es producir alimentos y no generar energía y que se debe fortalecer la identidad del pueblo y la identidad campesina que identifica al municipio.

La hoja de ruta la marca ahora la constitución de un nuevo comité para la defensa del territorio, en el que participen todos los sectores sociales de la región, especialmente en representación de las veredas que resultarían afectadas con las 14 microcentrales hidroeléctricas.

Así informaron los organizadores del foro los resultados del evento:

«Los habitantes de la Zona de Reserva Campesina de Cabrera han dicho no a los megaproyectos en el Sumapaz, una región que es una verdadera fábrica de agua potable. Son numerosas las propuestas que deja este foro para el fortalecimiento de la organización, la articulación con otros movimientos sociales y la defensa del agua, la tierra y el territorio en el Sumapaz.»

Texto completo en este enlace.

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