Fuente: Agencia de noticias UN.

De las 250 tortugas restantes, algunas murieron y otras permanecen en la Estación como parte de la colección de reptiles.

 

Bogotá D. C., jul. 17 de 2013 – Agencia de Noticias UN- Los reptiles fueron decomisados por las autoridades en el Aeropuerto Palonegro de Bucaramanga hace tres años y, desde entonces, habían estado al cuidado de la Estación Roberto Franco de la UN.

Las mil tortugas incautadas (de la especie Podocnemis unifilis) se encontraban en un estado vulnerable, ya que además de estar incluidas en estas actividades de tráfico animal, forman parte de la dieta de algunas comunidades indígenas y sus huevos son considerados “afrodisiacos” en la sociedad llanera.

Se trata de animales de caparazón oscuro, alto y abombado, cabeza con surco nítido a lo largo del hocico, una longitud máxima de 50 cm, que ponen entre 11 y 32 huevos, con un tiempo aproximado de incubación de 70 días.

La Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la Universidad Nacional de Colombia (ubicada en Villavicencio, Meta) –que trabaja con un grupo de 19 especies de estos reptiles y busca su conservación– recibió las tortugas recién nacidas y les brindó los cuidados requeridos durante este tiempo.

Según revela el ingeniero ambiental Willington Martínez, funcionario de la Estación, se les asignó una dieta especial de frutas, como mangos y papaya, así como un concentrado para peces. “Es una dieta balanceada que cumple con requerimientos específicos de la especie. Se trata de una fórmula que hemos diseñado para las tortugas, con una porción adecuada”, puntualiza.

No obstante, el propósito siempre fue regresarlas a su medio natural. Por eso, en una acción conjunta de la Estación con la Corporación Autónoma Regional (Cormacarena) y la Universidad de los Llanos, se decidió que era momento de realizar la liberación, bajo un protocolo.

Martínez explica que el protocolo consistió en análisis, mediciones, pesajes, desparasitación, tomas de sangre y muestras de tejido para posteriores estudios genéticos, sumado a la inserción de un microchip implantado en una de las extremidades, así como al último chequeo clínico por parte de los veterinarios.

Para las liberaciones, los profesionales realizaron un importante trabajo de socialización-educación con la comunidad de la zona, que se involucró en el proceso e incluso cargó los guacales que albergaban a los reptiles.

Finalmente, la liberación tuvo lugar en las orillas de los ríos de dos lugares especiales de Puerto Gaitán: la Reserva de Guanapalo y el humedal Maiciana-Manacal.

El ingeniero Martínez sostiene que, transcurridos seis meses, intentarán recapturar a las tortugas de la zona y realizarán un primer monitoreo. Igualmente, realizarán otro al año siguiente con el mismo propósito.

“Con esto, esperamos hacer un aporte más a la conservación de esta especie en la región, que estaba a punto de ser sacada del país para ser comercializada, y compartir eso con la comunidad”, concluye.

Este trabajo hace parte de las investigaciones de la UN que se exponen en la Calle interactiva de Agroexpo 2013 en Corferias.

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