MAYELEY KUALLYKWA MAYELEY LATA PIRISHA KɵNTRAP
Autor: Vladimir Betancur Arias. Coordinador.[1]
Encuentre la cartilla aquí
Resumen del proceso y sus resultados
El mundo fue creado para todos pero a nosotros nos quitan de la tierra. Por eso nos hemos puesto a recordar y a pensar que en todo el tiempo, desde siempre los indígenas hemos vivido en estas tierras y muchas más. […] Esta es la verdad, la más grande verdad, porque ninguno en el mundo puede negar que este continente fue ocupado, habitado, trabajado antes que nadie por nuestros antepasados, luego por nuestros padres y hoy por nosotros mismos. (Cabildo indígena del Guambia, 2010)
Esta es una historia colectiva de un territorio ancestral escrita a muchas voces, de su construcción participaron mayoras y mayores del pueblo Misak, con la convicción de que al menos una parte de sus luchas y sus victorias quedaran guardadas, para ser transmitidas a las presentes y próximas generaciones de su territorio y de otros. Aquí reposan muchos de los nombres de las mujeres y los hombres que se organizaron en 1985, para negociar unas fincas, para ocuparlas, hacer escuela, caminos, acueducto, cultivos y vida comunitaria; los mismos y las mismas que se pararon firmes en su sueño colectivo, para irlo tejiendo paso a paso durante más de tres décadas, ya que como dice Mama Asención Sánchez, llegaron a ese territorio porque “la gente crece pero la tierra no” (2019), en Silvia estaban arrumados y había mucho “inconformismo” con la repartición de la tierra recuperada, además como afirmaría su compañero de vida Taita Francisco Morales, cansado de ser jornalero: “el indio no nació para tener patrón” (2017). Aquí no solo están sus nombres, también sus palabras, pensamiento y experiencia.
Así como el agua va y viene del páramo al mar y regresa convertida en lluvia, la historia del pueblo Misak, también llamado Guambiano, es una doble espiral que se enrolla y se desenrolla generando el fluir de la vida, la transformación constante y la re-existencia frente a la muerte; de la misma forma, el proceso político-organizativo del Resguardo Guambiano La María, Piendamó, ubicado al centro-oriente el departamento del Cauca, Colombia, ha fluido desde la experiencia ganada en la conquista, la colonia, la república, así como en la conformación del Movimiento Indígena y la participación de los mayores y las mayoras del territorio, en la recuperación de la finca Las Mercedes en Guambía, a comienzos de los años 80, experiencia que permitió la juntanza de un grupo de familias que bajaron desde el municipio de Silvia, con otras que vivían en la parte baja de la entonces finca La María, para organizar una comunidad en un territorio poblado por la gente Misak desde siempre.
El título: Mayeley kuallykwa mayeley lata pirisha kөntrap, que traducimos aquí como “si entre todos y todas luchamos (trabajamos), entre todos y todas partamos por igual”, hace referencia a los principios propios del pueblo Misak, a sus formas de luchar, de repartir la cosecha y el territorio, frase surgida según nos relatan, en el proceso inicial de la compra de la finca San Fernando, se retoma en la recuperación de la finca Las Mercedes y baja desde allá a La María donde hace eco, encuentra buena tierra, buena agua, germina y da frutos; por eso esta historia de la gente y el territorio da cuenta tanto de su pensamiento como de sus luchas ancestrales y contemporáneas, sus maneras propias de colectivizar la tierra y trabajar en comunidad, de dialogar, negociar y organizarse en un espacio de vida llamado Territorio.
De esta manera, abordamos la historia no solo desde el relato de los hechos victimizantes sufridos en el proceso organizativo por comuneras y comuneros, sino de su búsqueda incesante por la solución colectiva y negociada de cada uno de los conflictos afrontados, con los campesinos, el ejército, la guerrilla, el estado, e inclusive con los mismos Misak; teniendo para ello un camino ontológico nombrado “pishintɵ waramik”, el vivir con frescura, que nos orienta hacia el “Tap Warmik mananasrɵ kɵrik mananasrɵ katik”, el Buen Vivir desde siempre y para siempre en armonía con la comunidad, la Madre Tierra y todos sus seres.
La realización de este proyecto se origina en una necesidad urgente de la comunidad, planteada por ellas y ellos de esta manera en distintos espacios asamblearios, de los que lleva participando nuestro equipo hace ya 11 años, en los cuales hemos aprendido, desaprendido, hecho amigos, familia y conformado el Tejido de Memoria y Pensamiento Propio para el Tap Waramik del resguardo Guambiano La María, un proceso comunitario orientado por sabedores ancestrales, autoridades, comuneros, comuneras y miembros de la academia, con el cual se planteó y ejecutó este proyecto, en asocio con el Grupo de Estudios Interculturales y Decoloniales de la UdeA y el cabildo.
Buscamos aquí ser honestos con los relatos y las personas, respetando sus memorias e intentando escribir desde sus mismas palabras sobre sus propias vidas y maneras ser-hacer, razón por la cual, los resultados fueron escritos en la primera persona del plural, nosotros: la comunidad del Resguardo Guambiano La María, Piendamó; evidenciando su compromiso comunitario con este trabajo, además de sus formas de pensar y de representar el mundo, así como la co-labor empleada para su construcción.
Han sido entonces los mayores y las mayoras quienes orientaron este trabajo de memoria, donde el papel que tuvieron los investigadores sociales solidarios, fue cosecharla y organizarla, intentando no hacerlo linealmente de la forma occidental, sino espiralando la historia con la intensión de hacerla “un caracol que camina”, es decir respetando sus maneras de pensar y vivir la historia, sus ires y venires, sus sentires y sus luchas propias.
Resultado de este proceso, hilado a través de espacios grupales denominados Mingas de memoria y Mingas de pensamiento, como de entrevistas informales, diálogos cotidianos, recorridos territoriales, rituales y la participación de espacios comunitarios; el Tejido de Memoria y Pensamiento Propio junto al Grupo de Investigación en Estudios Interculturales y Decoloniales produjeron lo que llamamos dos mochilas, que vienen siendo una cartilla y una radionovela. La cartilla, organizada en 5 espirales, pensada para ser trabajada con la población estudiantil y sus familias, fue ilustrada por niñas y niños del colegio y las tejedoras de la comunidad; la radionovela por su parte, está compuesta de 6 capítulos que amplían los relatos de la cartilla y añaden otros a la historia, dándole voz propia a las memorias cosechadas, así como a las reflexiones abordadas en el tejido de ambas mochilas.
Tanto el proceso como sus resultados, significaron una experiencia colectiva de transmisión reflexionada de la memoria, como también un ejercicio que permitió construir metodologías Otras de investigación, de aprender-haciendo, y de relacionamientos horizontales solidarios entre la academia y la comunidad, estimulando la participación comunitaria en todas las fases de este trabajo que esperamos de fruto, alimente y se reproduzca, para la vida sabrosa, armónica y con pensamiento fresco de todas y todos, desde siempre y para siempre.
“Los mayores trabajaron por nosotros, ahora nosotros tenemos que trabajar por nuestros hijos, por nuestra comunidad” (Zenaida Sánchez, 2019).
Referencias
Cabildo indígena de Guambía. (2010). Manifiesto Guambiano. En A. A. Misak, Por la defensa del patrimonio del pueblo Misak y los demás pueblos (págs. 2-4). Silvia: Cabildo Indígena de Guambía.
Morales, F. (2016). Conversación. (V. Betancur Arias, Entrevistador)
Sánchez, A. (2019). Conversación. (T. d. memoria y pensamiento propio, Entrevistador)
Yalanda Sánchez, Z. (23 de Junio de 2019). Conversación. (T. d. memoria y pensamiento propio, Entrevistador)
Radionovela
Duración total: 119 Minutos con 16 segundos.
Sinopsis
Capítulo 1. Somos gente del agua, hijos e hijas de Pishimisak. Tiempo: 16’30’’.
Introducción a la radionovela. En la Institución Educativa Agro Industrial La María, la profesora Diana del grupo de quinto grado invita a Mama Margarita y al mayor Manuel para conversar sobre la historia del pueblo Misak, recuerdan que son hijos e hijas de Pishimisak, reconocen sus territorios ancestrales y cómo vivían antes de la invasión. En ese momento aún vivían Mutauta Kasik y Mama Manela Karamaya, quienes se transforman en dos formas distintas de ser agua y avisaron que volverían a “parir el agua de nuevo”. El mito enlaza el atrás para seguir avanzando, haciendo cultura, le da sentido al mundo, lo organiza y lo crea.
Capítulo 2: Los caminos de lucha. Tiempo: 7’43’’
En el colegio del resguardo, la profesora Diana en compañía del Mayor Manuel y la Mama Margarita siguen conversando con los estudiantes sobre la resistencia a la invasión y los cambios políticos y territoriales, sabiendo que siguen siendo la misma gente de antes. Cuentan la historia de los caciques Calambás, Puben y Payán, quienes pierden la guerra y son sometidos. Sin embargo otros pueblos crean una alianza, organizan la lucha anticolonial y bajo el gobierno del cacique Juan Tama de la Estrella y Manuel de Quilo y Siclos, negocian la guerra con la corona española y les son adjudicados los títulos de los primeros resguardos. La lucha por la tierra aún continúa.
Capítulo 3: Así fuimos aprendiendo a luchar. Tiempo: 13’48’’
Las mayoras y mayores de La María, siguiendo a su vez las huellas de sus mayores, participaron en las luchas de los años 70 y 80; recuperar la tierra para los más pobres, para los que no tengan dijeron entonces, hubo peleas con la policía y las mujeres aguerridas participaron activamente de la lucha, así decidieron partir lata-lata, por igual tenga o no tenga, y repartieron “bufanditas” de tierra. Con el inconformismo que esto generó, unas familias se organizaron de manera clandestina soñándose otro territorio; el mayor Antonio Yalanda Yalanda sabía de una finca para ello y decidieron ocuparla un 7 de Agosto de 1985. Se organizaron, bajaron y armaron cambuches.
Capítulo 4: Sembramos autoridad y conformamos el territorio. Tiempo: 18’36’’
En Piendamó ocupan una finca, para legalizar el predio tuvieron que viajar sin plata a muchos lados, siendo rechazados por las autoridades Misak y engañados por políticos blancos. Siguieron trabajando, reciben aval y capacitación del CRIC para ser cabildo, pero luego de crear la Junta Prodesarrollo de La Conquista, desde donde participaron del Sindicato de Fiqueros. La tierra la reparten lata-lata (para todos por igual), mayeley-mayeley (que nadie se quede sin lo que reparten), ocupan dos fincas vecinas y también las reparten. El estado reconoce oficialmente al cabildo de La María en 1988. Hay oposición campesina a la legalización del resguardo pero se negocia con ellos, tap waramik mayeley, buen vivir para todas y todos. El territorio sigue ampliándose y fortaleciéndose.
Capítulo 5: La organización fue nuestra estrategia. Tiempo: 8’48’’.
En 1985 tienen los primeros conflictos con los campesinos organizados por el mayordomo y antiguo propietario del predio, quien aún se consideraba dueño él; la guardia cívica, después guardia indígena, se organiza, crea estrategias, se les enfrenta y se salen con la suya.
Capítulo 6: Somos autoridad. Tiempo: 15’48’’
Para conformar un territorio propio y autónomo, la gente Misak de La María tuvo que enfrentarse a la guerrilla del M19 y al ejército, quienes les amenazaban y hacían falsas acusaciones, pero siempre encontraron la fuerza para dialogar y negociar, logrando en todas las ocasiones salir vivos gracias a la “fuerza de la gente” y la inteligencia de las autoridades. Se crea el Territorio de Convivencia de Diálogo y Negociación de la sociedad civil en 1999 para encontrarse con otros sectores sociales y pueblos buscando la solución de los conflictos. En el 2018 se fraccionan la comunidad y el territorio creándose otro cabildo que hace parte de una organización nueva, diferente, la doble espiral de la historia dio otra vuelta, se agitó, cambió.
[1] Antropólogo de la UdeA, magister en Estudios Culturales de la Universidad Andina Simón Bolívar. Docente e investigador.