Fuente: Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.

Bogotá D. C., Jul. 26 de 2012 – Agencia de Noticias UN- Las imágenes que muestran la magnitud del deshielo de Groenlandia, una isla que tiene algo más del 84% de su superficie cubierta de hielo, causaron asombro.

Los medios de comunicación han difundido las imágenes del deshielo captadas por la NASA, que muestran que este ocurrió en el 97% de la capa de hielo de la isla. Se trata de imágenes que muestran el proceso entre el 8 y el 12 de julio.

Rodrigo Jiménez Pizarro, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la UN en Bogotá y quien participó en un monitoreo aéreo hecho sobre el Ártico, aseguró que el proceso no es nuevo. “Parece de cuatro días, pero son diez años de desgaste y de ríos subterráneos que desestabilizan el glaciar”, afirma.

“Estamos viendo el final de un proceso de desestabilización de glaciares por efecto del calentamiento global. No es que el proceso haya cambiado o se haya acelerado, es una fractura física después de un desgaste”, agrega.

Según puntualiza, ninguno de los modelos climáticos globales es capaz de predecir la rapidez del deshielo que se está observando. “La realidad es que, en este momento, el modelo terrestre no está completo y no entendemos muy bien por qué ese proceso es tan rápido”, indica.

“Eso significa que el deshielo es más rápido de lo que creíamos y que los modelos en los cuales estamos basando las predicciones pueden tener fallas básicas, lo que quiere decir que, probablemente, el cambio climático es más grave de lo que creemos”, precisa.

El deshielo

El profesor Jiménez Pizarro explica que, cuando el hielo se empieza a derretir, ocurre un proceso llamado retroalimentación positiva, que es la formación de parches de agua alrededor de este que tienen una reflectividad mucho menor.

La reflectividad, aclara, es el proceso por el cual la Tierra remite al espacio, en promedio, la misma cantidad de radiación que recibe del Sol. Si eso no sucediera, la energía solar se acumularía en la Tierra y se calentaría.

“La Tierra tiene una reflectividad natural, pero depende del tipo de superficie. El hielo y la nieve son como un espejo: reflejan casi toda la radiación que reciben del Sol. Pero, si no lo hacen, se va a producir un calentamiento”, arguye.

El profesor señala que la reflectividad del agua líquida es mucho más baja que la del hielo y la nieve y que, entonces, el lago que se forma alrededor absorbe mucha más radiación. “Es una reacción en cadena que hace que, cuanto más hielo se derrita, más rápidamente desaparezca el restante”.

Asimismo, asegura que no va a haber inundación de zonas costeras por este deshielo, porque es un problema local. Pero agrega que se espera que, para finales del siglo, el mar aumente un metro su nivel.

“Hay que alarmarse con lo que está sucediendo. Pero no es algo extraordinario en el sentido de que es simplemente una manifestación adicional del cambio climático”, manifiesta.

Lo que resta por hacer, dice, es evaluar vulnerabilidades y establecer medidas de adaptación.

“Se nos hizo muy tarde ya para tomar medidas de mitigación. Hay que tratar de acelerar algunos procesos de atenuación, algo muy complicado en un ambiente económico desfavorable a nivel mundial como el actual. No hay nada qué hacer: el cambio climático está aquí para quedarse durante muchos años”, concluye.

En mayo pasado, científicos descubrieron que la emisión de metano en el Ártico podría acelerar el calentamiento global. El profesor Jiménez Pizarro, que hizo parte del hallazgo, explica que este es un gas de efecto invernadero veintiún veces más poderoso que el dióxido de carbono, pero que permanece menos tiempo en la atmósfera.

(Por:Fin/SSG/clc/fgd)

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