Fuente: Universidad de los Andes.

sebastin rubiano_uniandes

En las estadísticas colombianas son alrededor de 100 los municipios con menos de 2.000 habitantes. Taraira es uno de ellos.

Ubicado en el extremo suroriental del Vaupés, en la frontera con Brasil, Taraira ha empezado a figurar en los registros mineros del país. Su producción aurífera es conocida en la región, pero su aparente riqueza en tungsteno le ha dado la resonancia necesaria como para que, además de las grandes empresas de extracción, también los académicos se fijen en él.

Sebastián Rubiano, estudiante de maestría en Geografía de la Universidad de los Andes, es uno de ellos. Su investigación ‘Territorio, minería y conservación de biodiversidad en la Amazonia nororiental colombiana, Taraira y el bajo río Apaporis (1985-2014)’, premiada con una de las becas Colombia Biodiversa, así lo evidencia.

Rubiano se interesó en analizar cómo la expansión de la minería en la Amazonía ha exacerbado los conflictos locales y afectado los procesos de organización urbana y territorial en Taraira.

Pasó varios meses en el bosque húmedo tropical que atraviesa el río Apaporis, en el Vaupés. Se quedó allí para estudiar la cabecera municipal de Taraira y la parte baja de la zona, donde viven los makuna, tukano y yujup makú.

Compartió y aprendió en el pueblo con los mineros y colonos, y en las malokas con los indígenas.  Todos le enseñaron que la minería y gobernanza del bosque han roto el curso normal de las relaciones entre unos y otros.

“Taraira está en el Escudo Guyanés, uno de los lugares que mejor se conserva en el mundo y uno de los que podrá resistir las consecuencias del cambio climático. Hay muchos caudales, flora, fauna. También es rica en oro y otros minerales y está en el corazón de la Amazonía”, explica Rubiano.

Todas estas características hacen que hasta Taraira y sus zonas aledañas lleguen grandes empresas exploradoras, el gobierno y muchos otros intereses, que han hecho de la zona un verdadero laboratorio en el que se experimenta con el ordenamiento territorial, la planeación y la minería, legal e ilegal, lo que ha desatado fuertes conflictos locales.

Para Rubiano tales confrontaciones tienen que ver con los recursos que deja la minería, la declaración de la zona como área minera, la creación de un parque natural y los daños ambientales como la contaminación de las fuentes de agua, la deforestación y las enfermedades con impacto cultural.

Con toda esta evidencia, espera que sus análisis y conclusiones sirvan como insumo para otros estudios, fallos de las altas cortes y construcción de políticas públicas frente a la conservación de los recursos naturales, minería, zonas de reserva, biodiversidad y pueblos indígenas.

“Mi trabajo no es un tema de información biológica. Tiene aportes desde lo territorial, lo político, lo jurídico y geográfico”, concluye.

El premio

La investigación de Sebastián Rubiano fue ganadora de una beca Colombia Biodiversa, entregada por el Fondo Colombia Biodiversa y la Fundación Alejandro Ángel Escobar, en el primer semestre de 2013. Su trabajo fue reconocido ro el aporte a la conservación y usos sostenibles de la biodiversidad desde la geografía.

Estas becas apuntan especialmente a «apoyar financieramente el desarrollo de tesis de pregrado y maestría relacionadas con la conservación, el conocimiento o el uso sostenible de la biodiversidad».

Además de Rubiano, también fue ganadora de una beca Colombia Biodiversa, Diana Patricia Sánchez, estudiante de maestría en ciencias biológicas con la investigación  «Filogeografía comparativa de peces de aguas continentales Neotropicales en las Cuencas del Orinoco y del Amazonas: evaluando conectividad y patrones históricos y ecológicos».

Otros ganadores de Becas Colombia Biodiversa

• Caterinne Pérez, estudiante de maestría en ecología y gestión de ecosistemas estratégicos de la Universidad Surcolombiana. Investigación: «Evaluación de la diversidad arbórea como elemento clave en el mantenimiento de la conectividad en un paisaje ganadero, de las cuencas bajas de las quebradas Beberrecio y La Cañada, Teruel, Huila».

 • Martha Beatriz Mejía, estudiante de arqueología de la Universidad Externado de Colombia. Investigación: «El consumo de plantas en el Caribe Colombiano durante el Formativo Temprano (7000-3000 A.P.). Una evaluación arqueobotánica de la subsistencia a partir de almidones».

 • Sindy Paola Buitrago, estudiante de biología de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia – UPTC. Investigación: «Estado sanitario y rendimiento fisiológico de Espeletia paipana (Asteraceae) en el páramo la Cuchilla, Paipa – Colombia».

Otros ganadores de Colombia Biodiversa

Artículo anteriorEl principio de precaución ambiental en la Unión Europea.
Artículo siguienteExposición fotográfica – La Amazonia Perdida – Richard Evans Schultes.