Fuente: Agencia de Noticias UN

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Bogotá D. C., feb. 12 de 2013 – Agencia de Noticias UN- La crisis generada por la escasez del líquido vital requiere estrategias de manejo sostenibles que garanticen su distribución de forma permanente y equitativa.

El 97,5% del agua que hay en el planeta es salada y solo el 2,5% es dulce. Ese 2,5% está compuesto por glaciares y casquetes polares que conforman casi el 70% de la disponibilidad del líquido en el mundo; la otra parte hídrica, se encuentra en el suelo, en la atmósfera, pantanos y humedales, y corresponde al 30,8%; la fracción restante (0,3%) corresponde a lagos y ríos, y es la que usan los humanos.

Debido al crecimiento de la densidad poblacional en Colombia, la disponibilidad de agua per cápita, habrá disminuido a 6.000 metros cúbicos por año para el año 2050. Esto se debe a que durante el período 2011-2040, la temperatura tendrá un aumento en el país en promedio de 1,5 a 2 grados. En Bogotá, se estima una disminución de precipitaciones del 12%.

El “agua, fuente de vida en peligro de muerte” es el tema central de la Cátedra Manuel Ancízar de la Sede Bogotá de la UN. Este espacio académico mostrará, a lo largo del semestre, el contexto mundial y colombiano relacionado con esta problemática: riesgos, amenazas y oportunidades.

Ernesto Guhl Nannetti, consultor ambiental y exministro de Medioambiente, fue el encargado de la conferencia central durante la sesión inaugural. En ella, abordó temas como la distribución del agua en el mundo, su crisis global y la afectación del valioso líquido en Colombia. Asimismo, presentó una propuesta para definir una estrategia de gestión integrada del recurso hídrico.

Guhl Nannetti asegura que esta gestión debe integrarse con la del territorio, como uno de los requisitos para utilizar sosteniblemente este recurso, pues el principal problema del agua es la forma de administrarla; esto requiere lo que el experto denomina “gobernanza”.

Según él, “la gobernanza actual del agua en Colombia no genera visión integral, es sectorizada y desarticulada, no tiene en cuenta el ciclo de los usos del agua (usos domésticos, agropecuarios, generación de energía y saneamiento del agua; este último no se realiza, pues nadie limpia el agua que utiliza), carece de proactividad para enfrentar los riesgos de cambio climático, la normativa es extensa, poco clara e ineficaz, la gestión a nivel de cuencas es muy escasa y la educación alrededor del agua es muy poca”.

Por ello, es necesario un equilibrio entre la dimensión social, la económica y la ambiental, para que exista sostenibilidad. Si una de las tres es más amplia que la otro, el espacio para la sostenibilidad se disminuye. Un ejemplo es la posible sobredimensión económica de la locomotora minera del país; en este caso, el espacio para interceptar con la dimensión social y la ambiental disminuiría frente al equilibrio de las tres dimensiones.

En la construcción de territorio, el agua es el eje de funcionamiento de los ecosistemas y del desarrollo. Naturalmente, genera poder económico y político, y es una fuente de riesgos y conflictos. “Estas características con respecto a la construcción del territorio, la convierten en un determinante para definir los usos del suelo y el ordenamiento territorial. El agua tiene una alta potencialidad de construcción de capital social y se puede utilizar para construir relaciones pacíficas de tolerancia entre los diferentes factores que intervienen”, concluye el expositor.

La Cátedra Manuel Ancízar ha definido una temática que implica trabajar desde el origen del agua en el planeta, sus propiedades físicas y químicas, su historia, su relación con las comunidades indígenas y los procesos productivos en  Colombia, la cultura moderna, las fuentes y depósitos naturales, la minería, la política y la economía, entre muchos otros temas. Más de cuarenta expertos estarán al frente de las sesiones que se desarrollarán el primer semestre del 2013.

(Por:Fin/VMH/clc/sup)

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