Fuente: Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.
«Bogotá D. C., abr. 12 de 2012 – Agencia de Noticias UN- La asamblea general de las Naciones Unidas proclamó el 2012 como el año internacional de la energía sostenible.
Expertos examinaron en UN Análisis* el contexto de la proclamación del organismo internacional, así como la importancia de esta energía para el futuro del planeta.
Según Sara Pizzinato, responsable de la campaña de energía y cambio climático de Greenpeace España: “esta es una declaración necesaria porque las energías en este momento son uno de los factores determinantes de las economías y políticas de los países, en especial de aquellos que están en crecimiento”.
Colombia también se ha unido a la declaración de la ONU y un ejemplo de ello es el compromiso de la Asociación Colombiana de Energías Renovables. Ana María Murillo, arquitecta y directora ejecutiva de la asociación, explicó que su misión “es la promoción y ejecución de las energías renovables y sostenibles en Colombia, a través de una sola voz que unifique los esfuerzos gubernamentales y académicos para crear un gremio sólido que tenga la facultad de tratar estos temas”.
El director del grupo de investigación en Termodinámica Aplicada y Energías Alternativas de la Facultad de Minas de la UN en Medellín, Farid Chejne, afirmó que esa unión de esfuerzos se debe a que “la energía se está estudiando no desde una sola fuente, sino como una unidad de varias”.
Para ahondar más en el núcleo del debate, es preciso, no obstante, establecer una necesaria diferencia entre lo que son las energías sostenibles y las energías renovables. Carlos Caicedo, profesor de la UN, explicó: “las energías renovables son aquellas energías que periódicamente son producidas por nuestro sistema natural, que se renuevan naturalmente; mientras que lo sostenible o durable tiene que ver con estrategias que logren mitigar el agotamiento de las energías. Un ejemplo son las estrategias forestales en las que se intenta que la explotación y que las áreas cultivables se mantengan en el tiempo a pesar de que la cosecha se va recogiendo periódicamente”.
Por su parte, Mauricio García, físico y profesor pensionado de la UN, cuestionó el concepto de sostenibilidad de las energías, pues, según sostuvo: “desde el punto de vista de la física, es difícil decir que existan energías renovables. Lo que se hace es un proceso mediante el cual cierto tipo de energía se convierte en otra, pero en este proceso de conversión energética hay pérdidas. Lo fundamental ahí es aclarar qué tan eficiente es el proceso. Por eso, en vez de a energías sostenibles, deberíamos más bien referirnos a energías limpias, en donde la limpieza significa que en el proceso de la conversión energética no se producen desechos tóxicos o, si se los produce, estos pueden llegar a ser controlables”.
Independientemente de si se trata de energías sostenibles o renovables o limpias, la idea es la misma: consolidar las alternativas a los derivados de los combustibles fósiles. Sara Pizzinato concluyó al respecto: “tenemos que ir más allá de la era del petróleo por respeto al clima y a aquellas sociedades que van a sufrir ese cambio climático, a pesar de no haberlo ocasionado”. A lo que el profesor Caicedo contestó: “el reto es cómo articular esas necesidades de desarrollo de sostenibilidad con las estrategias ambientales”.
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