Fuente: Agencia de noticias UN.
Bogotá D. C., jun. 28 de 2013 – Agencia de Noticias UN- Investigadores y ambientalistas ven detrás de dicha asignación presupuestal un despilfarro de los escasos recursos estatales, en programas que no generarán nuevos conocimientos sobre la biodiversidad del país.
Se refieren a la polémica suscitada por el convenio suscrito el pasado 27 de mayo entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible –a través del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam)– y el Instituto Alexander von Humboldt, con el objeto de elaborar insumos para la delimitación de los ecosistemas estratégicos (humedales y páramos) en las cuencas priorizadas, para su protección y para la regulación hídrica como medida de prevención de riesgo, para lo cual fueron asignados $66.000 millones.
Entre otros cuestionamientos, los expertos se preguntan qué hay detrás de esta intención de volver a delimitar el área de páramo en el país, si esta nueva delimitación reducirá el área actual de los páramos y por qué gastar esa cantidad de recursos para delimitar los páramos cuyos límites geográficos (altitudinales) ya fueron propuestos por el Sabio Caldas desde 1802.
En este sentido, el profesor Ernesto Guhl Nannetti advierte que ya existe información y lo que se debe hacer es determinar qué tenemos, qué está disponible, y saber si es necesario hacer nuevos estudios e investigaciones y cuáles serán.
Guhl sostiene que, en principio, es prioritario comprender la importancia de los páramos, que son fundamentales en varios temas. “Muy buena parte de la población del país vive del agua que proviene de los páramos que la regulan y la conservan. Además, que son una fuente fundamental de control de toda el agua que cae sobre el territorio nacional, y de la cual vive, no solamente la población colombiana, sino también los ecosistemas. Los páramos son realmente unos ecosistemas estratégicos,” recuerda el profesor.
También comenta que los páramos son sumamente frágiles y están amenazados por presiones muy fuertes, como por ejemplo, el cambio climático.
Guhl advierte que Colombia está ante una situación en la que los páramos pueden tener o van a tener una disminución en tamaño –en su dimensión– en la medida en que se vaya elevando la temperatura promedio del país. Eso puede tener efectos tremendos sobre la provisión del agua en Colombia.
Pero también –alerta el profesor– está el tema de la minería, los cultivos industriales de papa y otros productos que amenazan estos ecosistemas, que “en realidad deberían estar quietos, prácticamente sin ninguna intervención”.
Guhl aclaró que en realidad ya existe una cantidad muy grande información y datos sobre los páramos del país, y que estos, antes que estar definidos por una línea de altitud x, son ambientes en donde se conjugan cantidad de elementos naturales que dan origen a ecosistemas muy especiales, los cuales, en unas partes pueden estar más arriba o más abajo.
“Hay ver qué se está persiguiendo con la delimitación, y la verdad es que uno sí puede, por lo menos, tener interrogantes sobre una delimitación nueva de los páramos del país”, señaló el profesor. Y agregó que lo más cuestionable es que puede haber unas zonas cercanas o dentro de los páramos que pueden estar dedicadas a actividades como la minería.
En este punto, el especialista señaló que la minería en la parte alta de la cordillera produce sobre el agua cantidad de efectos, porque migra hacia abajo, y en la parte superior puede haber una concentración de sustancias (de desecho y de materiales que no se usan) que también pueden ocasionar efectos aguas abajo.
Guhl concluyó que “arrancar como si estuviéramos partiendo de cero en la delimitación y el conocimiento de los páramos es un punto de partida equivocado”.
El tema fue abordado en el Foro “Provisión de agua para áreas urbanas. El futuro de los páramos en Colombia”, organizado por el Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional de Colombia, como parte del programa Controversias Urbanas, espacios académicos del Instituto.
