Fuente: El Espectador.
Luego de seis meses de espera y con total discreción, la administración de Gustavo Petro firmó, el pasado 6 de marzo, el decreto 085 de 2013 que da vida a la “Casa Ecológica de Animales”, un centro de protección para fauna doméstica que, a diferencia del Centro Zoonosis, no tratará a los animales como una amenaza para la salud pública.
Pese a la evidente bondad de la noticia, el decreto no fue publicitado –como suele hacerlo la administración distrital- a través de una rueda de prensa o las cuentas en redes sociales del alcalde. Se supo, en cambio, gracias a la organización animalista Anima Naturalis (una de las más de 30 organizaciones de este tipo que hay en la ciudad) que en un comunicado lleno de entusiasmo celebró el “ejemplo de un gobierno progresista que ha comprendido y llevado a la práctica el reto de defender los derechos de los animales para hacer posibles ciudades más humanas”.
En medio de la lluvia de noticias de esta semana (pelea por el cobro de valorización, renegociación de contratos de Transmilenio y espaldarazo del Banco Mundial a los estudios de ingeniería del metro pesado), la alegría de los movimientos animalistas no se dejó sentir en los medios de comunicación.
¿Por qué están felices los defensores de los animales de la capital? Porque la firma del decreto pone fin a seis meses de pelea entre el secretario de Gobierno, Guillermo Asprilla, y la secretaria de Ambiente, Susana Muhamad, pues el primero se negaba a que su cartera asumiera el costo de operar un ‘coso’, lugar al que son llevados los animales de gran tamaño que andan sueltos por la ciudad (caballos, llamas, vacas, etcétera).
Para que saliera adelante, Ambiente terminó excluyendo a Gobierno del decreto y asumió la administración del coso –que por ley, sin embargo, hace parte de las responsabilidades de esta última cartera así como de las alcaldías locales-.
Solo así se logró sacar adelante un decreto que estaba listo hacía más de seis meses.
El decreto le ordena a la Secretaría de Ambiente establecer la Casa Ecológica de Animales (CEA) en un periodo no mayor de 12 meses. Allí, conjuntamente con la Secretaría de Salud, se realizarán esterilizaciones a poblaciones caninas y felinas; procesos de adopción, identificación y registro de animales; diseño de campañas de educación ciudadana; atención de emergencia a animales, y el ya mencionado servicio de coso.
En diálogo con este diario, la secretaria de Ambiente explicó este miércoles que la entidad cuenta este año con $8.000 millones para invertir no solo en la construcción del centro, sino en el diseño de la política de bienestar animal y el seguimiento al programa de adopción a caballos.
A esto se suman $2.000 millones de la Secretaría de Salud, que ahora no solo operará los servicios de “vacunación y esterilización” del nuevo centro, sino que seguirá a cargo del Centro Zoonosis, adonde ahora solo deberían ir los perros y gatos muy enfermos o que amenacen la salud pública.
Ahora, el reto para la secretaria Muhamad es encontrar el predio en Bogotá donde se construirá el CEA. Desde 2010, el Distrito estudiaba la idoneidad de un lote público de 33 hectáreas, situado en el parque metropolitano La Arboleda, en la localidad de San Cristóbal, para establecer allí el nuevo centro. Sin embargo, debido a que el predio se encuentra enclavado en la reserva forestal de los Cerros Orientales, Muhamad asegura que el Distrito descartó esta opción.
“Tenemos otra opción, en un lote de propiedad del distrito. Y si ese lote funciona, sería fabuloso”, aseguró Muhamad, sin querer dar mayores detalles.
Según cifras de Anima Naturalis, en Bogotá 4.000 perros y gatos son abandonados cada año. Otros 12.000 son vendidos en veterinarias o plazas de mercado que difícilmente cumplen con los criterios establecidos por normas internaciones para el cuidado y respeto de los animales.